A vueltas con el agua y la grasa.
No hace mucho tiempo se difundió un estudio en el cual se había podido comprobar que la ingestión de 500 ml de agua fría activaba el ritmo metabólico, así que eso supone un aumento en el gasto calórico y de rebote en la perdida de grasa. En ese estudio se justifica que ese efecto es debido a que el cuerpo acelera el metabolismo con el fin de calentar el agua a la temperatura corporal.
Ahora investigadores franceses parecen haber encontrado otro mecanismo por el cual beber agua ayuda a perder grasa (International Journal of Obesity, 33:385, 2009). Según estos hombres de ciencia, el aumento del consumo de agua inhibe una enzima, ACE, que controla la presión sanguínea y la sed. En estudios con animales, la inhibición de esta enzima aumento el consumo de agua y también la perdida de grasa.
Así que ya lo sabes, bebé agua en abundancia, porque además los de los beneficios de hidratación y de eliminación de los residuos, también reducirás el porcentaje graso.
Dormir poco contribuye al aumento del sobrepeso
Y hablando de perder peso, resulta que dormir poco puede ser una de las razones por las que la gente gana grasa corporal y acaban con sobrepeso.
Un estudio australiano (International Journal of Obesity, 32:1835-3840, 2009) ha descubierto que la gente que duerme poco consume más alimentos grasos. Al parecer, el consumo de hidratos de carbono y de grasa incrementa cuando se reducen las horas de sueño.
En ese estudio se examinaron datos y hábitos de más de 3000 personas y se pudo constatar que aquellas que dormían menos horas presentaban una mayor incidencia de sobrepeso.
Curiosamente, en Estados Unidos las horas de sueño pasaron de una media de nueve horas por noche en los años 60 a siente en 2009 y paralelamente la obesidad ha explosionado en este tiempo.
Ya sabes que dormir las suficientes horas es esencial para recuperarse y crecer, pero puede que también lo sea para estar bien definido.
El agua embotellada con vitaminas y aminoácidos puede ser la nueva moda?
Como ya sabes, alimentos como la leche, los jugos de frutas y los cereales del desayuno son solo alguno de los alimentos que casi siempre están reforzados con vitaminas D, con calcio, con yodo o con otro elemento nutricional.
Ya hace tiempo que se ha propuesto la posibilidad de añadir vitaminas y minerales al agua, pudiendo convertirla así en una herramienta útil para corregir ciertos desequilibrios nutricionales.
Los estudios han demostrado una y otra vez que la leucina y los aminoácidos ramificados son importantes sustancias que producen señales químicas que activan la síntesis de proteínas y hasta ayudan a degradar el tejido adiposo.
Además, se ha descubierto recientemente que la leucina (Journal of Nutrition, 139:715-719) estimula la vía mTOR y la liberación de leptina, que activa el ritmo metabólico y produce saciedad, o sea que controla el apetito.
Puesto que la obesidad es una epidemia galopante en USA algunos científicos sugieren que se podría reforzar el agua con estos aminoácidos para promover el control del peso sin esfuerzo.
Habra que seguir investigando en este sentido, por que de momento con animales los resultados no son espectaculares, pero puede que por ese camino con el tiempo se pueda conseguir una herramienta para controlar el peso, puesto que la población no es capaz de acudir al gimnasio con regularidad ni de seguir una dieta saludable.
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